martes, 19 de febrero de 2013

"Todos los empleados deben sentirse protagonistas en la empresa"

MANUEL ROMERA, Consejero de Invercaixa, Nuevo Microbank y Servihabitat

La extensa trayectoria profesional de Manuel Romera ha estado siempre ligada a la banca, primero en el antiguo Banco de Vizcaya, donde -entre otros- ocupó el cargo de director territorial en Baleares y más tarde en Andalucía, pasando por el puesto de consejero delegado en el Banco Meridional en Andalucía, hasta recalar en La Caixa, donde, como director territorial de Andalucía fue uno de los principales artífices de su expansión en el sur del país. Tras haber regresado a Cataluña como director territorial durante unos años, desde octubre de 2011 ocupa el cargo de consejero de Invercaixa, Nuevo Microbank y Servihabitat.

Su intervención en la mesa redonda del Simposio se centrará en el papel que desempeña la correcta gestión  de los RRHH para conseguir dar ese paso hacia la transformación de las empresas. Por su experiencia, ¿cuáles son los puntos clave para conseguirlo? 

Se suele decir que el mejor activo de las entidades son sus recursos humanos,  pero en mi experiencia he de decir que corresponde a la realidad, que no es un tópico. En este sentido, destacaría el tema de la formación, que cobra una especial importancia en el desarrollo de los negocios y, evidentemente, en el desarrollo de las personas. La retribución es sin duda importante, pero ese otro tipo de retribución intangible que es la formación resulta fundamental para ayudar a cumplir los objetivos de progresión profesional y enriquecimiento personal.  Por otra parte, dentro de las obligaciones que comporta la dirección, una de ellas debe ser siempre tener tiempo para escuchar, algo que parece obvio y muy fácil, pero que no siempre se da. También debemos valorar la contrapartida que esto produce: un efecto inmediato de ilusión, apego  y entusiasmo en los empleados que se sienten escuchados. Esta idea enlaza con otra de las claves en la gestión de RRHH: provocar que todos se sientan protagonistas. Los resultados de una compañía son por supuesto el fruto de una buena dirección, de un buen planteamiento estratégico, pero también del trabajo de los que lo hacen posible: los empleados. Todos deben ser protagonistas.

Estas ideas enlazan con el concepto del liderazgo trascendente por el que apuesta el modelo de Dirección por Misiones… 

Así es: liderazgo trascendente, siempre transmitiendo y comunicando. De hecho, otro punto muy importante para conseguir una buena eficacia del plan que tenemos trazado es la comunicación. Todos estos puntos tienen además que apoyarse en un buen departamento de RRHH que comprenda los problemas de comunicación, de motivación, de incentivación y de conseguir la responsabilidad de cada uno en el puesto que le corresponda. Todos somos clientes y proveedores internamente, por lo tanto el buen clima de trabajo, el respeto, el cumplimiento de nuestras obligaciones, no sólo afecta a nuestros clientes externos sino también a nuestros “clientes internos”.

¿Qué puede añadir en cuanto a la relación de la empresa con la sociedad como otro de sus stakeholders? ¿Cree que se ha perdido la confianza?

Las empresas evidentemente tienen que ganar dinero, pero también tienen que cumplir una importante función  social: si esto no transciende internamente hacia los RRHH sería un mal asunto. Dar servicio a la sociedad, crear ilusión en los trabajadores, trabajar e investigar para conseguir que nuestro país, ciudad o entorno sean mejores, crear expectativas de promoción profesional entre los que trabajan con nosotros... En definitiva las empresas deben ser conscientes de que forman parte de la sociedad y de la importante función que tienen. Todo esto  es posible gracias a los RRHH.  Por otra parte, creo que hoy en día muchas empresas consiguen ser más humanas, pero está soplando muy fuerte fuera y a veces hay que tomar decisiones que no nos gustan a nadie. En mi opinión, el empresario de hoy en día es una persona muy sacrificada, a algunos incluso les pondría el título de héroes, por el mero hecho de intentar subsistir.